Fruto de la continua experimentación y exploración de nuevas metodologías sobre management (Visual Thinking, Service Design, business model canvas, Customer Development) que puedan ayudar a una organización a ser más competitiva, quería hablaros en esta ocasión, y me intención es profundizar en ella a través de una serie de post, de la obra de Eric Ries, El Método Lean Startup, con la que llevo familiarizándome, y aplicando en algunos casos con los que trabajo, desde hace varios meses.
Para empezar, ¿qué justifica este tipo de metodologías ágiles?, ¿por qué pueden ser útiles de aplicar en todo proceso de creación de una startup?.
Porque pueden aumentar las probabilidades de éxito en la puesta en marcha de nuestra empresa o el lanzamiento de un producto o servicio.
Eric Ries manifiesta que una startup es «una institución humana diseñada para crear nuevos productos y servicios en unas condiciones de incertidumbre extrema», es decir, como nos dice Jose Antonio de Miguel (@yoemprendo) «una startup no es más que un experimento de lo que puede ser nuestro proyecto o empresa». Experimento es la palabra clave. Porque se trata de, una vez definamos cuál es nuestra misión, establecer una estrategia (basada en asunciones o hipótesis) y crear un producto, «experimentando» a continuación sobre si éste soluciona las necesidades de nuestros potenciales clientes (es decir se cumplen o nó las hipótesis o asunciones planteadas). Este simple planteamiento se visualiza en el gráfico siguiente.
Sin embargo, la principal novedad de este tipo de técnicas reside en que, dado que existe un entorno extremadamente incierto, es preciso medir el resultado de esos experimentos y volver, o bien a pivotar (si los resultados no son positivos) o perseverar (si los resultados van bien encaminados). Eric Ries define a este proceso (circuito de feedback de información CREAR-MEDIR-APRENDER) de esta manera
Ciclo de tiempo extremadamente corto, centrado en lo que los consumidores quieren (sin tener que preguntárselo) y un enfoque científico para tomar decisiones.
Recientemente, (y por desgracia) he visto un claro ejemplo de lanzamiento de producto de una startup, con la consecuente petición de préstamo ENISA, cuya demanda estaba planteada sobre hipótesis no validadas lo suficientemente. Tan sólo un estudio de mercado «casero» y la comprobación de que funcionaba en el mercado estadounidense. El resultado, un rotundo fracaso, y no porque el producto no tuviera demanda, que probablemente la tuviera (a largo plazo), sino porque la novedad del mismo obligada a una implantación en el mercado con menos recursos, menos riesgo y con una adecuación producto/necesidades clientes mucho más alta.
Espero haberos aclarado algo más acerca de este método. En los siguientes post detallaremos cómo crear un producto mínimo viable que permita probar las hipótesis de partida, a establecer una serie de indicadores para evaluar si se está progresando y un método para saber si pivotar o perseverar, ¿qué os parece?. ¡¡Espero vuestro feedback!!.