Hay una palabra que podría resumir todas las respuestas a esa cuestión: facilitar. En primer lugar, facilitar un entorno fiscal y laboral favorable; en segundo lugar, facilitar la creación y gestión administrativa que supone hacer nacer una empresa; en tercer lugar, facilitar contextos favorables para la consolidación de empresas: viveros, centros de negocios, incubadoras, …, los podemos llamar de varias formas; en cuarto lugar, facilitar la financiación, es decir, acercar las fuentes de financiación a los emprendedores …;
; en quinto lugar, facilitar redes de contactos o redes sociales y activarlas continuamente, o sea, generar continuamente redes entre potenciales clientes y proveedores; en sexto lugar, facilitar la transferencia de conocimiento y tecnología entre universidades y empresas; por último, coordinarse entre todos los dispositivos e instrumentos administrativos que existen para el fomento y apoyo a la creación de empresas.
Sin duda, conforme han ido pasando los años se han fortalecido ciertas funciones priorizándose sobre el resto, pero lo que no cabe duda es que la administración sigue teniendo un papel fundamental en todo proceso de creación y consolidación de empresas.