Continuando con la colaboración masiva dejo aquí un artículo muy interesante que se publicó en la Vanguardia por Justo Barranco:
«Una nueva fuerza está emergiendo en el mundo empresarial y de los negocios: la colaboración masiva, ejemplificada por fenómenos como Linux, Wikipedia, Second life o YouTube, pero también por el proyecto-Genoma Humano o por una red como InnoCentive, en la que 90.000 científicos de todo el mundo ayudan a resolver complicados problemas de I+ D a cambio de una recompensa económica».
«Y aunque esta fuerza parezca confinada a determinados sectores económicos que están experimentando en la actualidad sus particulares revoluciones, la idea queda desmentida por los ejemplos que Don Tapscott y Anthony D. Williams ofrecen en Wikinomics,un libro surgido de un millonario proyecto de investigación. Quizá el más sorprendente sea el de la empresa minera Goldcorp, de Ontario. Su mina de oro de Red Lake se agotaba y parecía condenada al cierre. También la empresa. Su presidente ejecutivo, Rob McEwen, decidió que había que encontrar más oro en esa mina. Tras escuchar una conferencia sobre cómo Linus Torvalds y un amplio equipo de desarrolladores de software voluntarios habían organizado un sistema operativo de talla mundial por internet, el hoy extendido Linux. McEwen tuvo una revelación y pensó que si los geólogos de la empresa no podían encontrar el oro de Red Lake tal vez alguien más pudiera hacerlo. Y quizá la clave para localizar a esas personas pasaba por abrir el proceso de prospección como Torvalds había abierto el código de Linux.
En un sector tan opaco como la minería, en el que los datos geológicos son el secreto más preciado, Mc Ewen decidió recopila toda la información geológica de su empresa, introducirla en un archivo y compartirla con el mundo. «Después pediremos al mundo que nos diga dónde vamos a encontrar la próxima tonelada de oro», anunció ante el escepticismo generalizado de sus compañeros de empresa.
En marzo del año 2000 se ponía en marcha el desafío de Goldcorp con un premio de 75.000 dólares para los participantes que ofrecieran los mejores métodos y estimaciones. En la web de la empresa se reveló hasta la información más nimia y más de 1.000 buscadores de oro virtuales de 50 países se pusieron a trabajar analizando los datos. Semanas después tenían miles de respuestas en las que se aplicaban desde matemáticas a física avanzada, sistemas de inteligencia o soluciones orgánicas a problemas inorgánicos. Más del 80% de los nuevos objetivos identificados produjeron cantidades considerables de oro y convirtió a una explotación atrasada en uno de los terrenos más innovadores y provechosos del sector.
Más ejemplos: el gigante Procter & Gamble ha decidido que el ejército de 7.500 investigadores con que cuenta la compañía no es suficiente para mantener el liderazgo, y en lugar de contratar a más investigadores se han propuesto obtener más del 50% de las ideas para sus nuevos productos de fuentes externas a la empresa. Ahora es posible trabajar para P& G sin estar en plantilla registrándose en la red InnoCentive. Para los titanes de la era industrial, dicen los autores, la revolución no ha hecho más que empezar: se han dado cuenta de que esta vez la competencia no está entre sus archirrivales del sector sino en la masa amorfa de individuos autoorganizados e hiperconectados gracias a internet y que por primera vez en la historia, en lugar de ser consumidores pasivos o trabajadores atrapados en las profundas burocracias de cada organización, tienen la capacidad de innovar y crear valor en un escenario global.
Para triunfar en este nuevo escenario no bastará simplemente con intensificar las estrategias de gestión existentes: los empresarios deben abrazar el nuevo arte y la ciencia de la colaboración, la wikinomía -wiki es una palabra hawaiana que significa rápido-,basada en nuevos principios de competitividad como la apertura, la interacción y producción entre iguales, compartir y la actuación global. Los valores e instrumentos de la economía de mando y control, extremadamente jerarquizada, no sólo han quedado desfasados, sino que constituyen una desventaja para que las empresas creen valor.
Los autores hablan de un nuevo escenario económico en el que las empresas van a coexistir con millones de productores autónomos que se conectan y crean valor colaborando en redes flexibles: es la economía de la colaboración. En ella no sólo estarán los pioneros de la producción entre iguales, como los creadores de Linux y de la Wikipedia, que han demostrado que miles de voluntarios dispersos pueden crear proyectos rápidos, fluidos e innovadores que superan a los de empresas enormes. También estarán empresas como P& G, que explotarán acervos globales de talentos muy cualificados. O los prosumidores,la nueva generación de consumidores de productos que considera el derecho a introducir modificaciones en ellos como algo inalienable. O lo que llaman neoalejandrinos, una ciencia colaborativa que acelerará los descubrimientos, con ejemplo de colaboraciones abiertas como el Proyecto Genoma Humano. Más que nunca, tendremos que estar bien conectados.»Acá escribís el resto del contenido que no se verá.